A los amigos no se los juzga se los acepta. Los encontramos a lo largo de nuestra vida y al revés de lo que sucede con la familia que las circunstancias nos la impone, los elegimos. Tenemos todo tipo de amigos, de esos incondicionales, los veleta, los amigos de juerga, etc., hay que tener mucha suerte para encontrar amigos en los centros de labor, es muy difícil quitarse del rol de compañero de trabajo y ponerse el de amigo e ir a hacer lo que hacen los amigos sin arrastrar al rol del compañero de trabajo mucha gente no puede hacer este deslinde y por eso se mezclan las cosas y allí está el problema porque tu puedes ser compinche de tu “amigo” pero no compinche de tu “compañero de trabajo” necesariamente.
Pero volviendo a lo de los amigos, me decían que para tener un amigo hay que cerrar un ojo y para conservarlo tener bien cerrados los dos, en parte cumple. Yo decía al inicio que a los amigos no se los juzga se los acepta, tal y cual vienen, son como son y punto con sus lados malos y buenos, si son nuestros amigos y meten las cuatro patas no solo tenemos la obligación sino el derecho de corregir, enmendar, hasta “tapar” al amigo. Podemos quedarnos a su lado y debemos quedarnos a su lado, a veces para protegerlo de si mismo, a veces nada más en silencio para acompañarlo en su dolor y llorar con él o poner el hombro, si lo vemos tirarse al río que discurre hacia la catarata primero le avisamos que no sea loco que no haga eso, si lo hace a pesar de nuestra advertencia trataremos de detenerlo, si no lo logramos debemos llamar a los bomberos a la policía y a los paramédicos, tal vez hasta podamos ir a su lado corriendo por la orilla, pero no vamos a tirarnos con él, lo que haremos es por todos los medios de cuidarlo, y luego sanaremos sus heridas o por último compraremos el ataúd y lo velaremos. Lo que trato de decir es que los amigos no abandonan, no te dejan a tu suerte, están a tu lado en las buenas y en las malas. También creo que debemos recordar que somos amigos de nosotros mismos en primer lugar, por eso nuestra primera prioridad es nuestra protección en todo sentido, algunos amigos dirán que no somos leales porque en un momento dado no los seguimos o mantenemos nuestra posición, por nuestros valores o principios, estamos en nuestro derecho aunque eso no lo entienda nuestro amigo, pero eso no quiere decir que no estaremos con él y lo queramos a pesar de no compartir sus ideas. Primero soy fiel a mi mismo.
Creo que por los amigos estamos dispuestos a hacer muchas cosas, suplicar, rogar, es valido, por ayudar a un amigo puedo hacerlo, pero no estoy dispuesta a humillarme, porque primero me debo a mi misma. Seguramente los amigos en algún momento no nos entiendan, se enojen o quien sabe hasta nos retiren su amistad porque no queremos ir por el camino que ellos transitan, es nuestro derecho mantener nuestros principios e ideas, podemos respetar el modo de pensar y actuar del otro pero no necesariamente compartirlo y no por eso estaremos en su contra.
Algunas personas no entienden que podemos censurar su conducta o su actitud, pero eso no significa que lo censuremos a él, estamos en desacuerdo con algo que hizo tal vez pero no con él como persona, me pasó en alguna oportunidad que mi interlocutor no entienda que cuestionara algo que hizo y estuviera en desacuerdo pero lo que le quedo claro es que a pesar de eso seguía estimándolo como a mi amigo. No podemos querer que todos sean como nosotros queremos, la gente tiene virtudes y defectos, los amigos las aceptan ambas, por eso creo que para tener un amigo no hay que cerrar un ojo y para mantenerlo cerrar los dos, hay que abrir muy bien los ojos, observar y conocer muy bien, luego entender a la persona que tenemos delante, aceptarla con todo y zapatos, nosotros tampoco somos seres perfectos.
Cuando entendemos que somos personas con defectos y virtudes, cuando asumimos eso y con todo ello nos amamos, reconocemos, aceptamos, podremos hacer lo mismo con otros humanos, mientras no lo hagamos seguiremos siendo esos intransigentes con los demás.
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