Al pasar por un antiguo barrio (Santa Catalina en el distrito de La Victoria, ciudad de Lima) me di cuenta lo poco que había cambiado, vivíamos allí cuando tenía 6 años y la única diferencia era una reja en la entrada de la quinta. Buscando mi DNI en la cartera antes de bajarme de la camioneta para cruzar el puente en la av. Javier Prado en dirección a la clínica Ricardo Palma, observe la fotografía, esa sí que había cambiado, el largo del cabello no, ese estaba igual.
Cuando saque la libreta electoral de tres cuerpos (ahora no creo que quede en Lima ni una de aquellas ni por casualidad) no tenía ni la llave de la casa, mi padre no daba autorización, y bueno hasta ese momento no la necesitaba realmente pero con la universidad y sus horarios tendría que tener una o me quedaría esperándolos como ya había ocurrido una vez, a regañadientes me hicieron una copia justo una semana antes de irme a recoger la bendita libreta. Para sacarla fue un disgusto, mi madre tenía la dirección de su antigua casa de la av. Salaverry en el distrito de Jesús María (gente de clase media, mi abuela aun vivía en el tercer piso del edificio de la cuadra ocho) le rogo a mi padre para que también usara esa dirección pero él se opuso, si vivimos en el centro de Lima no había motivo para sacar la libreta con otra dirección, el único motivo era que no sabía dónde me tocaría votar. El centro de Lima tiene lugares muy tranquilos pero también tiene lugares tan complicados que ni la policía se atreve a ingresar, y ese era mi gran temor. Fui con mi padre hasta el lugar de la inscripción, como policía tenía acceso a cualquier lugar y abusaba de esto, así que no hicimos cola, las huellas digitales me las tomo el mismo, poco falto para que llenara mis datos de propia mano, porque hasta las preguntas que me hacían las contestaba él, así era mi padre.
Llego el día de buscar el lugar de votación y al ver la dirección donde me había tocado votar trague saliva. Me tocaba votar cerca del Agustino,lugar de delincuentes más avezados de Lima. Llegue enojadísima a casa y en cuanto pude les dije a mis padres que era la primera y última vez que votaría en ese lugar desgraciadamente no podía ir a cambiar mi dirección ya, tendría que esperar que pasaran las elecciones pero de que cambiaria de dirección pues ya está decidido. Mi padre pregunto que donde estaba el problema, les deje la dirección sobre la mesa, disculpándome me retire al escritorio buscando la guía de calles de Lima, tenía que ver como haría para llegar allí.
No había línea de ómnibus que me dejara cerca del lugar de votación, tendría que caminar varias calles para llegar al colegio.
El domingo de votación llego, espere que mi madre se fuera a votar y mi padre saliera a su trabajo, y puse a funcionar la operación camuflaje. Me amarre el cabello en cola de caballo que raramente uso, los jeans mas desteñidos y rotos que tenia, uno con un hueco en uno de los bolsillos, que usaba para limpiar (eso no estaba de moda ¿eh?)y el polo (camiseta) chino que mi mamá usaba para limpiar el comedor (bien lavadito eso sí) ese que jamás se puso y no sé quien se lo regalo, zapatillas blancas de esas de lona las que tenía guardadas de la época del colegio mas gastadas que llanta de microbús sin cocos (¿vieron alguna vez esas llantas totalmente gastadas sin líneas siquiera que si le acercas una aguja seguro se revientan? Igualitas mis zapatillas o tenis). Vestida como una “botada” (así llamaban mis padres a la gente muy pobre) pase frente al espejo del tocador y me quede tiesa…soy demasiado desteñida para pasar desapercibida allí, hay que hacer algo con ese color. Corrí al cuarto de mi madre y buscando entre sus cosméticos encontré una base para rostro bastante oscura, tome el gorrito de mi hermano me lo encasquete como pude para tapar el cabello rubio oscuro, la verdad que estaba diferente.
Luego de caminar como diez calles llegue al colegio, encontré mi mesa de votación y sin ningún problema me dirigí a emitir mi voto. El secretario de la mesa me miro de arriba abajo, le dije mi nombre completo y mi dirección mientras le extendía mi libreta, tome el lapicero y el voto y corrí a la ruma de carpetas que fungía de cubículo para votar. Cuando depositaba mi voto en el ánfora note que los miembros de mesa cuchicheaban entre ellos, les dedique la mejor sonrisa mientras colocaba mi huella digital y metía el índice en la tinta indeleble.
-Gracias que tengan buen día- les dije mientras me retiraba lo más rápido que podía de allí.
Se me hizo eterno el camino a casa, las calles polvorientas, la gente que empezaba a salir de sus casas a votar. Era un bonito día de domingo, muy soleado aunque seguro en la tarde refrescaría pero me sentí tranquila ya de estar en mi barrio, al menos no me había demorado tanto, las colas eran pequeñas en comparación a otras que había visto en otros centros de votación.
Al bajar del paradero del bus tenía que caminar algunas calles para llegar a casa, me encontré con dos vecinas y las salude como acostumbro, las señoras estas me miraron como a bicho raro, -¿qué les pasa a estas doñas?- pensé. Faltando una calle para llegar me encontré con el Sr. Aguirre que había regresado de viaje recientemente y a quien no había visto lo salude pregúntandole como había estado el viaje, el Sr. Aguirre me miro muy sorprendido y solo dijo: bien gracias señoritaaa.Uy ¿estará amnésico? No se acuerda mi nombre.
Llegue a casa por fin, abrí la puerta con mi recién estrenada llave, entre saludando con un “hola por fin llegue” a mi mamá que estaba cocinando y lo que recibí fue un grito agudo y un cucharon volando en dirección a mi cabeza, mi mamá no me había reconocido, pensando que era un ladrón me había tirado lo que tenía en la mano, felizmente me agache al mismo tiempo que me sacaba la gorra.
-Mamá soy yo mírame- le dije matándome de risa mientras la pobre abría tamaños ojos y boca del asombro.
-Hija pareces una botada ¿de dónde vienes así vestida?- me preguntó sentándose en la silla.
-De votar mami, de votar-.
9 comentarios:
jajajaja, me has hecho pensar en mi primera votacion , yo me enamore de la presidenta de mi mesa de votacion, te juro que la veo siempre en las elecciones, aunque la ultima vez la vi cargando un bebito, pero igual me sigue gustando, pero claro de lejitos! jejejeje
ajjajajaj Gary me matas de la risa jajajajjajajajajjajajja mis vecinos diran la Miyita ya ta rematadamente loca... al fin juasssssss.
Un abrazote grande.
Bueno.. creo que no sólo los vecinos hablarán de tu estado mental.. el algo ya ciberpúblico.. ¿Y votaste por el bueno siquiera? Abrazos
Hola Gûillo, pues si es publico y notorio mi estado mental, lo bueno es que voto siempre por el bueno aunque no salga elegido por la mayorìa ya ves tuvimos un cholo power y su aviòn parrandero, un caballo loco con repeticiòn, y un japones con todo y yuca, no votè por ninguno de ellos en fin...mis compatriotas creo que estan mas locos que yo.
Hola Miyita, nunca más te olvidarás de tu votación. Mi primera vez fue en dictadura y en un plebiscito para decidir una reforma en la constitución que permitiría a "aquellos" quedarse un rato más, por suerte la mayoría dijo nooo. Un abrazo ( ¡y como canta ese pajarito! ¡estoy a punto de tirarle una de tus gastadas zapatillas!)
Eso.. eso.. ese piar que no deja respirar.. mi primer voto fue para el partido comunista mexicano.. sin registro y sin modo alguno de ganar.. tamo loco todo ustedes........ abrazos
uy Uru y Gûillo como andamo ¿eh? ah... al pollo este nomas denle con la zapatilla (lease marquen en la entrada del pollo piante este el icono del sonido, o denle de comer que asì se caya por rato) besos muchos.
Hola! otra vez!! gracias por el comentario! y si puedes usar todo lo que escribo sin necesidad de pedirme permiso, en cuanto lo escribo nos pertenece a todos! Un gran abrazo!
(¯`v´¯)
(¯`(●)´¯)
(_.^._) ....PASE A SALUDARTE EN ESTA NOCHE Y A DISFRUTAR DE TU LINDA ENTRADA, TE DEJO UN FUERTE ABRAZO Y TE DESEO UNA SEMANA LLENA DE COSITAS LINDAS PARA TU VIDA Y GRACIAS POR ACOMPAÑARME EN MI BLOG.
BESITOSSSSS
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