Martes 6 de marzo, cumpleaños de Gabriel García Márquez. Una de las anécdotas que se pueden contar del popular Gabo es precisamente la de la fecha exacta de su nacimiento, resulta que por el año 2003 el periodista Alfredo Leuco (argentino) leyó con la sangre helada en las venas como él mismo explica, que la respetada periodista Susana Reinoso anunciaba el 75 cumpleaños del escritor cuando el año anterior él había anunciado lo mismo. Ya casi al borde de un ataque de nervios por tamaña equivocación siendo como es García Marquez una especie de santo patrono de los periodistas (como Leuco califica a Gabo) corrió a su biblioteca.
"Por ejemplo, (cuenta Leuco) el segundo tomo de la obra periodística de Gabo editada por Sudamericana arranca diciendo: “Nació en 1928”. No soy Einstein pero me las rebusco con las sumas y restas. Hice el cálculo y 2003 menos 1928 daba exactamente 75. Estuve a punto de bajar los brazos cuando fui a buscar Por la libre, el tomo 4 de esas maravillas que escribió y donde está el reportaje que le hizo a Mario Firmenich. Y otra vez apareció el fantasma tan temido: “Nació en Aracataca en 1928. Pero fui por la tercera (la vencida) en una biografía hiperdetallista llamada El viaje a la semilla que escribió Dasso Saldívar, nacido en Antioquia, Colombia, en 1951 (eso espero). En la página 86 juro que dice textualmente: “El hecho de que casi todo el embarazo de su primogénito se hubiera desarrollado en Riohacha daría pie durante años a la creencia de que García Márquez había nacido en la capital de la Guajira. Pero no: nació en Aracataca, en olor de bananeras, la calurosa mañana del domingo 6 de marzo de 1927, a las 8.30, mientras el abuelo Nicolás asistía a la misa de ocho”. En ese lugar del tercer capítulo aparece la nota 21 que en la página 481 dice textualmente: “La partida de bautismo asentada en el libro 12, folio 126, marginal 324, de la iglesia parroquial de San José de Aracataca dice que Gabriel José García Márquez nació el 6 de marzo de mil novecientos veintisiete (1927). El otro dato que establece inequívocamente que el escritor nació en 1927 y no en 1928 es que Luis Enrique, el hermano que le sigue, nació el ocho de setiembre último (1928), según la partida asentada en libro 11, folio 96, marginal 192 de la misma iglesia”. (textual de Alfredo Leuco en Pagina/12)
Para refrendar estos hallazgos Leuco buscó la fotocopia de la partida original que publica Saldívar como anexo de su trabajo en sus memorias tituladas Vivir para contarla que tiene mas de ocho ediciones en Argentina.
Los errores continuaban y el disgusto de Leuco también cuando en el diario Clarín se insistía que Gabo festejaba en su casa de México sus 75 años, no... esto ya era el colmo para los nervios de Leuco, el Clarín y La Nación insistían en lo mismo; el pobre hombre empezaba a dudar nuevamente sintiéndose enloquecer. Buscó aturdido como boxeador casi al borde del knock out buscando las cuerdas del ring aferrándose a sus memorias. "En la página 76, al fondo, dice: “Fue así y allí donde nació el primero de siete varones y cuatro mujeres, el domingo 6 de marzo de 1927, a las nueve de la mañana y con un aguacero torrencial fuera de estación, mientras el cielo de Tauro se alzaba en el horizonte. Estaba a punto de ser estrangulado por el cordón umbilical, pues la partera de la familia, Santos Villero, perdió el dominio de su arte en el peor momento”. Ya con esta confirmación Alfredo Leuco sintió que el alma le volvía al cuerpo, que no había cometido uno de los peores errores que puede cometer periodista alguno como es no verificar los datos y lanzarlos tontamente quedando luego en la verguenza al ser descubierta su poca acuciosidad, su conciencia estaba en paz.
A lo mejor para otro tipo de personas esto sea de poca importancia pero imagino lo que habrá sido para Gabo saber que la gente siente ese interés por él, y es que también yo como ustedes ignoraba como es o como se considera Gabriel a si mismo.
Un hombre como Gabriel que ya antes de publicar su primer libro era ya un reconocido periodista que trabajó en "El Universal", "El Heraldo" y "El Espectador", huía del reconocimiento. El el breve discurso que dio con motivo del premio Rómulo Gallego por su obra "Cien años de soledad" dijó que siempre había creído que los escritores no estaban en el mundo para ser coronados, que todo premio era peligroso, que toda subvención comprometía y que todo homenaje público era un principio de embalsamiento. La multitud lo condenó después de "100 años de soledad" a la la dura soledad del éxito, a la terrible soledad del saberse solo entre una multitud que lo aclama.
"Lo peor que le puede suceder a un hombre que no tiene vocación para el éxito literario, o en un continente que no está acostumbrado a tener escritores de éxito, es publicar una novela que se venda como salchichas. Ese es mi caso. Me he negado a convertirme en un espectáculo, detesto la televisión, los congresos literarios, las conferencias y la vida intelectual" dijo en alguna oportunidad Gabriel Gárcia Márquez.
Este grande ganador del premio Nobel, hombre tímido hasta el sonrojo, introvertido, quien gusta del vallenato, bueno tocando guitarra, glotón, madrugador, sedentario y nómada al mismo tiempo, que solo firma sobre libros (jamás sobre un papel en blanco) no gusta viajar en avión porque el alma llega después que el cuerpo, dice de sí mismo: "Soy uno de los seres más solitarios que conozco, y de los más tristes, aunque resulte increíble... La gente del Caribe es muy así aunque tienen fama de todo lo contrario, de gregarios, de pachangueros, de fiesteros, pero tú los ves en plena fiesta y están con unos ojos de melancolía...". Otra cosa que dijo de si mismo: "El otro día, entre dos trenes, me refugié de una tormenta de nieve en un bar de Zúrich. Todo estaba en penumbra, un hombre tocaba el piano en la sombra, y los pocos clientes que había eran parejas de enamorados. Esa tarde supe que si no fuera escritor, hubiera querido ser el hombre que tocaba el piano sin que nadie le viera la cara, sólo para que los enamorados se quisieran más".
"MACONDO era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo". Esto escribe Gabo en una de sus novelas mas célebres. García Márquez nació para nombrar todas las cosas sin nombre, así como Federico García Lorca dijo: "Escribo para que me quieran" García Márquez dijo: "Escribo para que me quieran más mis amigos", con lo que nos indica el alto valor que tiene para él la amistad, para algunos un vicio es el fútbol, para él la literatura, el billar, la revolución cubana, las canciones de los Rolling Stones o el bolero lo son.
"Dicen que soy un mafioso, porque mi sentido de la amistad es tal que resulta un poco el de los gánsteres: por un lado mis amigos y por el otro el resto del mundo, con el cual tengo muy poco contacto", dijo en otra oportunidad, este hombre se precia de no haber perdido más de dos o tres amigos a lo largo de su vida, uno de los más conocidos es Mario Vargas Llosa, cuyo segundo hijo lleva su nombre siendo Gabo su padrino. Otro de sus grandes amigos es Fidel Castro, sin importar, es simplemente leal a sus amigos. Detesta el poder y tiene que codearse con jefes de estado, muchas veces mediando entre ellos o ante ellos. Para este hombre la amistad es lo escencial.
"Por ejemplo, (cuenta Leuco) el segundo tomo de la obra periodística de Gabo editada por Sudamericana arranca diciendo: “Nació en 1928”. No soy Einstein pero me las rebusco con las sumas y restas. Hice el cálculo y 2003 menos 1928 daba exactamente 75. Estuve a punto de bajar los brazos cuando fui a buscar Por la libre, el tomo 4 de esas maravillas que escribió y donde está el reportaje que le hizo a Mario Firmenich. Y otra vez apareció el fantasma tan temido: “Nació en Aracataca en 1928. Pero fui por la tercera (la vencida) en una biografía hiperdetallista llamada El viaje a la semilla que escribió Dasso Saldívar, nacido en Antioquia, Colombia, en 1951 (eso espero). En la página 86 juro que dice textualmente: “El hecho de que casi todo el embarazo de su primogénito se hubiera desarrollado en Riohacha daría pie durante años a la creencia de que García Márquez había nacido en la capital de la Guajira. Pero no: nació en Aracataca, en olor de bananeras, la calurosa mañana del domingo 6 de marzo de 1927, a las 8.30, mientras el abuelo Nicolás asistía a la misa de ocho”. En ese lugar del tercer capítulo aparece la nota 21 que en la página 481 dice textualmente: “La partida de bautismo asentada en el libro 12, folio 126, marginal 324, de la iglesia parroquial de San José de Aracataca dice que Gabriel José García Márquez nació el 6 de marzo de mil novecientos veintisiete (1927). El otro dato que establece inequívocamente que el escritor nació en 1927 y no en 1928 es que Luis Enrique, el hermano que le sigue, nació el ocho de setiembre último (1928), según la partida asentada en libro 11, folio 96, marginal 192 de la misma iglesia”. (textual de Alfredo Leuco en Pagina/12)
Para refrendar estos hallazgos Leuco buscó la fotocopia de la partida original que publica Saldívar como anexo de su trabajo en sus memorias tituladas Vivir para contarla que tiene mas de ocho ediciones en Argentina.
Los errores continuaban y el disgusto de Leuco también cuando en el diario Clarín se insistía que Gabo festejaba en su casa de México sus 75 años, no... esto ya era el colmo para los nervios de Leuco, el Clarín y La Nación insistían en lo mismo; el pobre hombre empezaba a dudar nuevamente sintiéndose enloquecer. Buscó aturdido como boxeador casi al borde del knock out buscando las cuerdas del ring aferrándose a sus memorias. "En la página 76, al fondo, dice: “Fue así y allí donde nació el primero de siete varones y cuatro mujeres, el domingo 6 de marzo de 1927, a las nueve de la mañana y con un aguacero torrencial fuera de estación, mientras el cielo de Tauro se alzaba en el horizonte. Estaba a punto de ser estrangulado por el cordón umbilical, pues la partera de la familia, Santos Villero, perdió el dominio de su arte en el peor momento”. Ya con esta confirmación Alfredo Leuco sintió que el alma le volvía al cuerpo, que no había cometido uno de los peores errores que puede cometer periodista alguno como es no verificar los datos y lanzarlos tontamente quedando luego en la verguenza al ser descubierta su poca acuciosidad, su conciencia estaba en paz.
A lo mejor para otro tipo de personas esto sea de poca importancia pero imagino lo que habrá sido para Gabo saber que la gente siente ese interés por él, y es que también yo como ustedes ignoraba como es o como se considera Gabriel a si mismo.
Un hombre como Gabriel que ya antes de publicar su primer libro era ya un reconocido periodista que trabajó en "El Universal", "El Heraldo" y "El Espectador", huía del reconocimiento. El el breve discurso que dio con motivo del premio Rómulo Gallego por su obra "Cien años de soledad" dijó que siempre había creído que los escritores no estaban en el mundo para ser coronados, que todo premio era peligroso, que toda subvención comprometía y que todo homenaje público era un principio de embalsamiento. La multitud lo condenó después de "100 años de soledad" a la la dura soledad del éxito, a la terrible soledad del saberse solo entre una multitud que lo aclama.
"Lo peor que le puede suceder a un hombre que no tiene vocación para el éxito literario, o en un continente que no está acostumbrado a tener escritores de éxito, es publicar una novela que se venda como salchichas. Ese es mi caso. Me he negado a convertirme en un espectáculo, detesto la televisión, los congresos literarios, las conferencias y la vida intelectual" dijo en alguna oportunidad Gabriel Gárcia Márquez.
Este grande ganador del premio Nobel, hombre tímido hasta el sonrojo, introvertido, quien gusta del vallenato, bueno tocando guitarra, glotón, madrugador, sedentario y nómada al mismo tiempo, que solo firma sobre libros (jamás sobre un papel en blanco) no gusta viajar en avión porque el alma llega después que el cuerpo, dice de sí mismo: "Soy uno de los seres más solitarios que conozco, y de los más tristes, aunque resulte increíble... La gente del Caribe es muy así aunque tienen fama de todo lo contrario, de gregarios, de pachangueros, de fiesteros, pero tú los ves en plena fiesta y están con unos ojos de melancolía...". Otra cosa que dijo de si mismo: "El otro día, entre dos trenes, me refugié de una tormenta de nieve en un bar de Zúrich. Todo estaba en penumbra, un hombre tocaba el piano en la sombra, y los pocos clientes que había eran parejas de enamorados. Esa tarde supe que si no fuera escritor, hubiera querido ser el hombre que tocaba el piano sin que nadie le viera la cara, sólo para que los enamorados se quisieran más".
"MACONDO era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo". Esto escribe Gabo en una de sus novelas mas célebres. García Márquez nació para nombrar todas las cosas sin nombre, así como Federico García Lorca dijo: "Escribo para que me quieran" García Márquez dijo: "Escribo para que me quieran más mis amigos", con lo que nos indica el alto valor que tiene para él la amistad, para algunos un vicio es el fútbol, para él la literatura, el billar, la revolución cubana, las canciones de los Rolling Stones o el bolero lo son.
"Dicen que soy un mafioso, porque mi sentido de la amistad es tal que resulta un poco el de los gánsteres: por un lado mis amigos y por el otro el resto del mundo, con el cual tengo muy poco contacto", dijo en otra oportunidad, este hombre se precia de no haber perdido más de dos o tres amigos a lo largo de su vida, uno de los más conocidos es Mario Vargas Llosa, cuyo segundo hijo lleva su nombre siendo Gabo su padrino. Otro de sus grandes amigos es Fidel Castro, sin importar, es simplemente leal a sus amigos. Detesta el poder y tiene que codearse con jefes de estado, muchas veces mediando entre ellos o ante ellos. Para este hombre la amistad es lo escencial.
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