La razón por la no vuelvo allí...

Hace un tiempito chiquirritito estuve haciendo algo muy agradable, satisfactorio y novedoso para mí, tengo un miguito que es una tromba, un aluvión, es un terremoto, y me arrastra a cometer actos impensados...resulta que esta bella persona a la que tanto aprecio me introdujo en el mundito de la radio por internet, casi sin querer me vi envuelta en un mundo absolutamente desconocido, con programas que aprender a manejar, jerigonza que obviamente no conocía, y ventanas que se abrían y se cerraban cada dos minutos pidiendo música, poemas y hasta consejos del corazón, todo eso sin anestesia conste. Un día me dijo vas a transmitir ya y me puso al aire sin mas... no quieran ni imaginar el primer día de transmisión... pues ni siquiera salió el audio, el programa estaba mal, no sé si mal cargado o quien sabe que michis de esas que pasan cuando no conoces ni el idioma de lo que estas cargando pero en fin, luego de ese día de prueba y cargado como se debe todos los programitas me lanzaron al aire y flote... envuelta en una nube de música y palabras, entre ventanitas que se abrían y se cerraban, con la adrenalina a mil por la novedad del asunto. Y bueno la adrenalina corriéndome por las venas duró todos y cada uno de los días que emití mi programa en las radios. Con lo que no había contado jamás es con los dueños de radios. Creo en mi poca experiencia personal y en la mucha de los demás disjokeys que conocí en este periodo que algunos dueños de radio han perdido totalmente el control de sus mentes, en otras palabras, están mínimo totalmente trastornados.

Imaginen ustedes, un sujeto que durante tu primer programa, estando tú al aire, empieza a decirte: quiero que hagas esto, no hagas eso, has como y tal te he dicho que hagas, tienes que hablar seguido, no contestes ninguna ventana del mensajero de la radio mientras estas al aire, quiero que digas el nombre de la radio seguido, quiero que hagas participar a los oyentes, te estoy diciendo que no teclees durante la emisión, saluda a fulanito, ponle la canción tal a zutanita pero ya, perencejita quiere saber como se órbita la luna mientras hornea un pastel.

Encima de todo eso se da el lujo de tratarte de mala forma delante de otras personas demostrando no sólo que no tiene la menor educación sino que no sabe ser jefe.

Todo eso de mala manera, imperiosamente, cada dos segundos, mensajes de voz y mensajes de texto, ¡alto!. Ah no, ¿en dónde estamos?. Pues a la primera oportunidad que pudimos hablar le dije quién era yo, le conté de mi experiencia, le relaté mi historia de vida y practicamente le mostré mi curriculum, con educación, tratando de que se sintiera mas relajado porque la verdad es que era el primer día de emisión de programas de radio para esa emisora que había cambiado de dueños y administrador, entonces era comprensible que estuviera bajo presión pero por favor... no era para hacer una crisis histérica este hombre.

Bueno disculpé ese primer día y me propuse olvidar los incidentes, pero el susodicho no me permitió hacerlo porque la verdad es que su idea de jefaturar algo es de la época de la esclavitud, este señor piensa que teniendo el látigo en la mano, asustando y presionando al personal a su cargo va a obtener algo mejor que manteniendo un liderazgo de tipo mas democrático y horizontal. Pues para mí fueron suficientes dos semanitas nada más, no soporto un ogro neaderthal metido a jefe y que ni siquiera me paga. ¡Ah! porque los disjokeys de internet señores y señoras no cobramos ni un dolar, menos un euro.

Bueno hoy me preguntó mi amigo que si no quería regresar a la radio, sin pensarlo dos veces y a pesar que realmente adoro hacer locución por internet dije que no. Rotundamente no, definitivamente a esa radio con ese tipo de jefe no vuelvo jamás porque masoquista yo no soy, me amo mucho para soportar que una persona me maltrate, mi estabilidad emocional vale muchísimo mas que cualquier actividad por divertida o fascinante que sea. No estoy tan hambreada de reconocimiento de los demás, me basta y sobra con mi propio reconocimiento, con saberme querida por mi grupito de miguis bellos, con saber que poseo el afecto de quienes me conocen.

Los medios que utilice para safarme de esa situación la verdad no me enorgullecen pero tampoco me importa mucho ahora. Me despedí de la mis oyentes a los cuales llegué a tomar afecto, pero ni por ellos volvería a ese lugar.

En fin... creo ni aunque me hubieran pagado muy bien volvería allí. Mi tranquilidad emocional no tiene precio.