martes, 7 de agosto de 2007

Mi pesadilla favorita



Hace unos días leía en Labeata el blog de mi amiga Uruguacha, un post sobre sus sueños y me dije que envidia, hace tanto que no recuerdo un sueño; y no es que no sueñe ¡qué va!, estoy segura que lo hago lo malo es que no los recuerdo. ¿En qué michis parte del dormir me despertaré qué no los recuerdo?, pues como dice alguien a quien quiero: npi. Recordé con mucho detalle una de mis más recurrentes pesadillas de adolescente, se las voy a contar:

El sueño siempre se desarrolla en espacios abiertos, a lo más rodeados de cerros o montañas, o frente al mar inmenso y en calma. Siempre estoy bajo un cielo gris limeño (quien me lée habitualmente sabe que mi siguiente expresión sería: gris panza de burro) es invierno, los colores del paisaje son teñidos de gris, los verdes plomizos, los rojos plomizos, los azules plomizos; todo plomizo como nuestro plomizo uniforme único diseñado por una afamadísima diseñadora de ropa peruana de la cual no me quiero acordar y para no hacerla pasar vergüenza por haber creado el esperpento ese al que llaman “uniforme único escolar” en mi país. Algunas veces visto la falda ploma con tirantes pero la chompa es azul en mi sueño y no ploma, las medias y los zapatos son negros (la verdad queda muchísimo mejor así que la original chompa ploma, medias plomas, falda o pantalón plomo ¿se dan cuenta del adefesio del tal uniforme? Los peruanos que en su mayoría son de tez oscura, con eso estábamos muertos).

Camino por el césped o la arena en mis sueños, de pronto me veo a mi misma parada de espaldas mirando hacia arriba o hacia el frente, mirando venir una colosal figura geométrica un octaedro del tamaño del cerro San Cristóbal se aproxima a mí a gran velocidad como si bajara del cielo dispuesto a barrerme cual palitroque de bolos, me agacho para esquivarlo cuando de pronto por la derecha veo venir mas rápido aún un dodecaedro y corro con todas mis fuerzas, no hay donde esconderse, y las figuras geométricas gigantescas siguen apareciendo y precipitándose sobre mí. Estoy totalmente sola, no tengo a quien recurrir ni a donde correr… y me despierto. Muy pero muy gráfico ¿verdad?, ese sueño repetitivo me persiguió durante varios años en mi adolescencia.

2 comentarios:

lauruguacha dijo...

¿ Odiarías la geometría? Jaja! Creo que no recordar los sueños es mejor, descansarás mejor, Miyita! ¡Beso!

Miyita dijo...

odiaba a la profesora de geometría siiiiiii jajajajjjajaja adoraba hacer esos poliedros, era fascinante; me los imaginaba de cristal, de agua, de hielo, fríos e inalcanzables convertidos en asteroides de saturno o algo así, eso de no recordar los sueños miga a lo mejor estas en lo cierto, un besote

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