lunes, 31 de mayo de 2010

Asertivo




Estaba preguntándome el porque a veces no podemos  decir “no” o “si” y hacemos exactamente lo contrario.  No podemos hablar de nuestro malestar frente a una situación o una persona, o nos cuesta aceptar un elogio.

Cuando si podemos hacer esto somos seres asertivos. Una persona asertiva es consciente de si misma, me explico, es consciente de sus propios pensamientos, deseos, motivos, sentimientos, etc. No juzgándolos sino conociendo que se los posee.

Es justo e igualitario, se sabe tan valioso como cualquier otro ser humano. Es empático (se pone en los zapatos del otro). Conoce su capacidad, se valora, y no necesita aprobación ajena, razona y toma  buenas decisiones.
Tiene capacidad de lograr lo que desea y sabe que hacerlo depende de varios factores, es flexible y puede cambiar de opinión. Asume la situación y sus actos, tiene control de sus sentimientos.
Está en la realidad, está en control a pesar que existan problemas, sabe estar equilibrado a pesar que la situación salga de control porque sabe que no puede influenciar todo. 
Puede decir en forma directa y apropiada sus pensamientos y sentimientos, sabe oír a los demás, sabe negociar, respeta y se hace respetar sin imposiciones.

No siempre ocurre porque ser asertivo se aprende desde la niñez, pero si no se adquirió pues a desarrollar.
Claro que algunas veces ser asertivo sinceramente puede desagradar a los otros como puede ser cuando haces valer tus derechos pero nadie debe aprovecharse de ti, entonces que te de lo mismo, tú se asertivo. Puedes exigir tus derechos sin necesidad de ser una persona agresiva.

Si tú sabes lo que quieres, lo pides con amabilidad, te mantienes en calma, sabes expresar elogios y críticas ecuánimemente, puedes mostrar tus emociones positivas y negativas  en forma adecuada, puedes ser claro al expresarte y eres justo, eres asertivo.

Es muy importante ser positivos, sabernos únicos, tener conocimiento de nuestros derechos y responsabilidades, expresarnos positivamente.

Podemos tener metas y alcanzarlas, guiar nuestras vidas por el camino que queramos,  tener nuestras propias opiniones, superarnos, equivocarnos, estar con nosotros mismos, todo esto es asertivo.

Si no estamos de acuerdo con algo, expresémoslo clara y directamente. Necesitamos explicaciones y podemos pedirlas en forma asertiva. ¿Por qué no hacer conocer algo que hicimos que está bien hecho y nos da orgullo?.

Al hablar con otro (s) mira a los ojos, tu postura debe ser abierta y relajada, tu cara debe expresar lo que dice tu discurso, tu tono de voz que sea estable y modulado, escucha al otro, has preguntas si no queda claro algo. Trata de encontrar una solución siempre.
Trata que ambos encuentren soluciones que los dejen satisfechos.
Por último, jamás olvides agradecer y pedir por favor, sonríe siempre que puedas, la sonrisa abre puertas, practícalo, aun cuando estés frente a un funcionario mal encarado, veras que se contagia, por lo menos abrirá los ojos y lo sacaras de su rutina de ver caras mal encaradas.

(No siempre sigo estos consejos pero trato de hacerlo, cada vez más)





viernes, 21 de mayo de 2010

SUPLICIO CHOLO O HISTORIA DEL BALON DE GAS PELIGROSO


  Para evitar esta imagen
Voy a contarte lo que me acaba de suceder hace solo unas horas.

Resulta que ayer me torcí la pata, vamos a hablar con propiedad, tengo un esguince en el tobillo derecho. Pero allí no queda la cosa, hoy mi marido tiene un curso todo el día y antes de irse cerca de las 7:30 a.m. me dice muy suelto de huesos  “no hay gas, allí te dejo dinero por si te falta”.

Bueno como tú no sabes querido lector yo te cuento, vivo en un segundo piso, tengo el pie vendado con tensoplast (porque me negué rotundamente a usar botita de yeso, primero porque pesa horrores y más es lo que se me va a bambolear en la cama al tratar de dormir, me voy a despertar cada cinco minutos y encima por el peso no voy a poder sostener el pie en esa posición) le rogué al médico que me pusiera una venda de tensoplast, no tengo fractura ni fisura ni ninguna otra “ura” salvo la torcedura así que consintió.

Estoy usando muletas porque no logro asentar el pie en el suelo sin gritar como loca, para bajar de mi dormitorio tengo que hacerlo por las escaleras, es que fíjate, en la parte de atrás de la casa compramos los aires, entonces construimos el escritorio, nuestro dormitorio, el dormitorio de mi hijo, y la azotea, en esos aires, por lo que en cada piso está cada habitación, y por lo tanto tengo mucha escalera para subir y bajar en esa área de la casa.  Mi casita es una L  (exacta así igualita es, tu entras por la horizontal y subes por la vertical hasta la azotea para ver un hermoso cielo azul con alguna que otra nubecita el día de hoy).

¿¡What!?  ¿¡Recontra What!? Pero oye cómo crees que haré subir al gasero.

Tírale las llaves

¿A un perfecto desconocido?

¡Ah! Ya tu ve yo me voy estoy apurado

Obviamente que yo veo, si yo veo todo, no faltaba más una patita coja no me va a amilanar.  Llamé a REPSOL  a su teléfono ese que termina en 3 bueno pues que en quince minutos señora tiene usted su balón primium en la puerta de la casa.

Llegó un chiquillo bajito y delgado con pinta de regetonero (salvo porque no llevaba cadenitas) yo bajé despacio y subimos a colocar el balón. Allí empezó mi suplicio cholo.

El chiquito seguido del gruñón de Samuel (odia, detesta, los balones de gas y a los que los traen pero jamás los muerde, solo los olfatea los gruñe y hasta se les salta encima pero morder, eso nunca, sus colmillitos jamás se ensuciaron con pieles gaseras)

Saca el balón de gas de la compuerta que tengo para esto al costado de la cocina y empieza a zarandear la valvula de izquierda a derecha como si quisiera descoyuntarla.

¡Oigame deténgase! Pero que está haciendo, si no sabe sacarla por favor mejor llame usted a un compañero de trabajo para que lo haga ¿sí? –yo-

No siñora qui yo se sacarsh  -él-

¿Está seguro? –yo-

Si puis –él-

Bueno saque la válvula entonces pero no la zarandee, esta válvula  la sacan muy rápido los que vienen a reponer el gas. –yo-

El muchacho arremetió con más fuerza contra la pobre válvula que me parecía iba a deshacerse en sus manos.

¡No! ¡Deténgase! ¡Suelte eso ya! Pero usted sabe o no sabe hacer esto? Pregunté nuevamente indignada, el chico se limitó a responder que si sabía pero que lo hace muy poco, que en realidad solo lo había hecho un par de veces, lo que pasa según él es que esta válvula es de las viejas y no sirve y seguro yo le estaba echando la culpa de que no funcione bien bla bla bla.

Oye papito, aguanta tu carro, mira una cosa, si no te das cuenta esa es una válvula de balón primium, no tiene nada de vieja,  aparte de eso tú no sabes sacarla de su lugar ¿ya? Voy a llamar a REPSOL. –yo- (ta que se me sale la rica vicy por mi madre, rica vicky para quien nosabe es un distrito popular de Lima, La Victoria) (jejeje ta que bien achoris yo)

 Pero claro que llame, la chica de turno me indicó por teléfono la forma en que debía sujetar la válvula y apretar para que se soltara.

Nada, no se soltaba, con el teléfono en la mano derecha, la muleta recostada sobre mí, haciendo las maniobras con la izquierda solté la válvula y lo mire.  Cara de sorpresa tenía.



Conste que yo jamás había sacado la válvula primium del balón ¿eh? Y tu se supone que eres el que hace los recambios, ya dale pon la válvula en el otro balón. –yo-

El chiquito empezó a jalar, empujar, zarandear la válvula de nuevo para meterla en el balón que había traído.

¡Trae acá! le dije extendiendo la mano

Puso la válvula en mi mano y con poca dificultad la coloqué en su sitio.  Ya ahora tu pon esto a funcionar le digo.

Para esto mi tía ya estaba en mi casa preocupada porque  había visto al gasero y lógico quería darme una mano.

¡Está saliéndose el gas! Gritamos a coro ambas cuando este chiquito inepto giró la perillita para abrir el paso del gas y escuchamos el silbido horrible y fuerte seguido del olor nauseabundo escapándose.

Ambas corrimos (yo solo salte en un pie) hacia el balón a cerrar el paso del gas cuando veíamos que el tetelememe este no atinaba a nada.

¿Pero no se da cuenta que sale el gas? –yo-

¿Oye no tienes narices hijito? – Mi tía-

Si así es puis, así suina –el gasero-

¡Tú estás loco – ambas-

Empezó la segunda del noveno. Decisiones,  como cuestan. Llamadas a  REPSOL urgentes para que envíen a alguien a ayudarnos,  me ofrecen enviar un asesor que no saben a qué horas llegará, les digo que gracias pero mejor llamen a alguien que sepa cómo sacar una válvula atorada en un balón que escapa gas y rápido (8:15 aproximadamente).  Le decimos al inepto que llame a alguien de su distribuidora a auxiliarlo, claro que no quiere puis ¿no ves que lo van a colgar? ¿De dónde lo van a colgar? No sé ni me importa pero como no solucione el problema amenazo con colgarlo de mis muletas y usarlo de suvenir. El inepto quiere irse y que le pague, mi tía quiere comérselo crudo, Samuel está afilando sus colmillitos y su carita chueca desde el derrame cerebral se ha puesto más chueca aún por la tensión y ya está levantando el labio, mala señal.

Salimos los cuatro al balcón o nos asfixiamos y justo veo a uno de los chicos de seguridad en su bici. A gritos le pido auxilio, más rápido que inmediatamente corre en mi ayuda. De dos trancazos sube las escaleras, le informamos del hecho y mirando amenazadoramente al inepto con cara de buldog (el vigilante se parece a un buldog) le dice que o soluciona el problema o de aquí no se va.

Mientras tanto en una de las cuchumil llamadas hechas a REPSOL me dijeron que mantenga la casa ventilada, no encienda ni apague ningún artefacto eléctrico, ni los interruptores de la luz y que no me preocupe (si como no).

El buldog, digo el vigilante le sugiere al inepto que llame desde el teléfono público que hay en la esquina a su base para que nos ayuden, bajan juntos.

Mientras tanto los minutos pasan, el balón silba y apesta, mi tía y yo nos mareamos en el balcón, Samuel parece la del exorcista con su cabeza que va a girar 360º.

Obviamente yo no le pagué al inepto, que se vaya o lo terminaremos usando de trapeador. Mientras tanto los minutos pasan y pasan ya va casi una hora y estamos en el balcón y no viene nadie. Se cumple la hora y aparece un camioncito cargado de balones de gas, uniformados y bien identificados. Sube un muchacho bajito.

Siñora qui paso, voy a solucionar el problema.

Mientras le cuento todo el rollo completo y mando a mi tía a su casa completamente mareada. El nuevo cholito bajito pero vivo toma la válvula gira la palanca, se escapa más el gas pero muy rápido corrige el movimiento volviéndola a cerrar, luego hace dos maniobras rápidas más y revisa la válvula.

Una vez retirado el balón peligroso, me dice que la válvula parece que está bien, cuando le comento la forma en que el inepto estaba manipulándola abrió tamaños ojazos, los mismos que abrí yo cuando me entero que el inepto trabaja en la misma distribuidora del cholito vivo.

Sugerencia de mi parte: o cuelgan al inepto no me importa de dónde y luego lo botan, o lo adiestran pero sinceramente creo que el inepto no es para este trabajo.

El cholito vivo se disculpó, dijo que arreglaría el asunto (me importa muy poco si lo hace la verdad no creo que hagan nada pero por lo menos ya sentamos precedente).

Son las 11:56 y por fin estoy tomando mi desayuno mientras te cuento esta historia.


En fin…estoy por quejarme a INDECOPI diz que la oficina que se encarga de velar por que estas cosas no sucedan ¿será cierto eso?

lunes, 3 de mayo de 2010

Del cine de fin de semana. Nuestro paseo a Pachacamac y la Casa de Don Cucho ¡a comerrr!



Este año mi querido lector empezó bastante feíto, más que feíto para serte sincera pero como unas son de cal y otras de arena te cuento que nos estamos descobrando bastante últimamente. 

Bueno yo me estoy descobrando, Samuelito no puede decir lo mismo, salvo en la comida porque lo estamos cebando como a chanchito para navidad, claro eso si con lo que él puede comer, su fruta, su comida balanceada, alguna miguita de pan de cuando en cuando que le da papá Pocho, o un pedacito de helado de mango, luego de la displasia de próstata, la infección urinaria grave, y ahora los infartos cerebrales que tuvo solo queremos consentirlo y apapacharlo aunque se suba a la mesa de la cocina cuando no estamos en casa o tire al suelo los cojines de los muebles de la sala para esperarnos echado, o cualquier otra barrabasada que haga, que importa, es nuestro bebe guau y ahora será nuestro engreído y malcriado perro . 

Por lo pronto hasta que me autorice el médico no puedo acompañarlo a nuestras caminatas ¡y ya van casi seis meses que no la has hacemos! No te cuento cuantos kilos hemos subido él y yo porque en fin.

Este sábado nos fuimos a ver Furia de titanes una película con muchos efectos especiales producida por la Warner y dirigida por Louis Leterrier. 
La verdad en cuanto a las actuaciones mejor tampoco te cuento, ni Liam Neeson se salva, pero para los amantes del cine de aventura ciencia ficción y efectos especiales es todo un deleite. Conste que pedí helado y no canchita (maíz inflado, pop corn) pero mi marido llegó con una bolsa grande de cancha que no me dejaba ver la mitad de la pantalla. – Pero si es una bolsa mediana Miyita, yo pensé: Mejor me traigo la grande. Pero como seguro no la vamos a terminar dije con la mediana basta ¿no?-


Nos la terminamos en un ratito y ni siquiera había empezado la película, luego a ponernos los anteojos para ver en tres D hasta los comerciales, ya tenemos varias más que no nos vamos a perder.

El domingo nos levantamos muy temprano para dejar listas algunas cosas. Mi marido estaba con antojo de comida criolla pero no cualquier comida criolla –quiero ir a la Casa de Don Cucho-dijo, no sé que vio en la tv pero me tuvo loca toda la semana así que luego del desayuno mientras yo lavaba las verduritas que pondré en la refrigeradora para la semana él buscaba en internet como llegar.

En la camioneta teníamos la raqueta y el maletín de deportes de mi hijo (luego tenía clase de tenis), la bolsa con mis zapatillas por si las moscas (¿y si hay tierra? O peor ¿si hay cascajo?  ¿Y si el terreno es mismo cerro? ¿y si está lloviendo y es un lodazal? 
¡Ah! Yo soy previsora, pastillas para la migraña, dolor de panza, alcohol, gravol para las nauseas, papel higiénico (mi suegra también lleva lo mismo ¿ya?) agua embotellada (¿y si no tenemos con que tomar las pastillas?) ¿Ya se pusieron el bloqueador? (claro las chicas ya lo teníamos puesto, ¡milagro! Mi hijo también lo tenía puesto) hacia un solazo de esos de pleno verano (¡ah! Eso sí, todos llevamos por si acaso una camisa de manga larga, claro tanto machacarles algo se les queda en sus cabecitas llenas de pelotas, si no son de futbol son de tenis) si estamos en Mayo y se supone que en Mayo en Lima hace frio, te pelas de frio, porque ya no hay “media estación” como decía antes mi mamáma, ahora hace calor que te derrites y a las dos horas te congelas como perro peruano sin pelo, sin  chompa (sueter) (perro peruano: raza de pelo sin pelo del Perú cuya temperatura tiene 3 grados más que la de los humanos, oficialmente reconocido como patrimonio nacional de Perú. Clasificación en la federación Cinológica Internacional FCI con sede en Thuin Bélgica como perro sin pelo del Perú en su nomenclatura de razas con el número 310, Grupo V, tipo Spitz la de los perros atléticos y ágiles ideales para carreras y en la sección 6 en la que ubican a los perros tipo primitivo. Este perro aparece en los ceramios de distintas culturas preincas como Vicus, Mochica, Chanchay, Sicán y Chimú desde el año 300 a. C. hasta el 1460) o sea imagínate que te tiran calato (desnudo) en medio de las estepas Siberianas ¿ya? Igualito nomas.

Según la página de Don Cucho “todos los caminos conducen a la casa de Don Cucho”, muy confiados nos dirigimos a la antigua carretera Panamericana en el Km. 33. 

Para empezar ¡¿Dónde están los hitos del kilometraje?! ¡onstan! No están, por ningún lado, ni a la derecha ni a la izquierda ni por ningún lado, ¿nombres de las calles en donde estás circulando? Quien sabe señora porque yo no soy de acá. 

Después de media hora de camino y meternos a la izquierda en la intersección anterior a la que debíamos hacerlo, vimos un letrerito chiquitito perdido entre un montón de letreros La Casa de Don Cucho, letrerito rojo con la flechita hacía adelante, entonces seguimos confiados hacia la izquierda como decía el plano que había sacado mi marido de internet, y bueno era una cuadra grande de frente, luego a la derecha otra calle larga y a la derecha de nuevo y ¡zaz! Estaríamos en la Casa de Don Cucho.

Pasaban las calles y nada. Los letreritos rojos con la consabida flechita hacía adelante seguían apareciendo colgaditos en los postes de luz (felizmente o hubiéramos sabido ni por donde ir) llegó un momento en que mi marido dijo: Pobre que no me guste la comida de Don Cucho porque de regreso agarro todos los letreritos y les pongo la flechita volteadita. 

Teníamos reserva para la 1.30 p.m. de la tarde.  No veíamos casi nada delante por la cantidad de polvo que levantaba una camioneta roja delante de nosotros. -¿Qué es eso…no es un eso es un él,  pero que es él?- Me refería a una figura extraña con algo en la cabeza, en las piernas y en los brazos, al acercarnos más vimos que era un policía con parte de su aparataje puesto (en mi vida había visto un policía con tata cosa encima) ¡en fin! Estamos cuidados por lo pronto.

Nos estacionamos como a una calle de la entrada. Bajo de la camioneta y siento las piedritas cortadas bajo mis sandalitas, como pensé, a ponerme las zapatillas. 
Una cola muy nutrida de gente en doble fila y sin dejar pasar nos precedía, mi marido claro se acercó, se identificó y por supuesto pasamos todos, mis suegros, mi hijo y yo, la gente empezó a murmurar cuando mi marido le dice al chico que lo recibía: ¿podrías llevarme a mi reserva por favor? Mesa para cinco en un área tranquila pedí. 
Chitón boca, todos callados, ni un murmullito más los de la cola, para que no hacen reservas pues.

Entré tomando fotos y mi hijo criticándome por hacerlo. Son muy organizados, la zona de parrilla, la de los postres, la del batán, la del saltado de Don Cucho con Cucho La Rosa preparándolo él mismo, como cuatro hornillas de cocina industrial, sendas sartenes al fuego vivo, cebollas generosas, carnes, tomates, ajíes verdes, dorándose y saltando maravillosamente y un aroma increíble, que cara me habrá visto Don Cucho que me dice: Hola que tal. Como estaba bastante lejos de él y el ruido era fuerte no me iba a oír así que lo saludé con la mano y una sonrisa.
El lugar es acogedor. La Hacienda Casa Blanca es la Casa de Don Cucho, su ambiente campestre  grandes árboles, mucha vegetación, sus “salones” como si fueran unas cabañas con mesas bien distribuidas, alguna tiene las canastas de paja del mercado colgadas del techo, otra las ollas de fierro enlozado, hasta una tetera vimos colgada, la nuestra tenía mantitas serranas. 
Los mosos pasaban con la comida que se  veía y se olía espectacular, pero yo estaba asustada por el tamaño de los platos, ¡esos no eran platos eran fuentes! ¿Serían para picar? (comer varios de un mismo plato: picar). 
 Cebiche
Nos pedimos cebiches de entradita mi suegra y yo,  anticuchitos de res con su papita dorada su salsita criolla de cebolla roja y ají más, la tamalada (que la recomiendo, una humita blanca deliciosa, el tamalito verde de culantro molido en batán no en licuadora que es lo máximo, el otro no me gustó mucho porque llevaba cerdito, su acompañamiento de chicharrón)  para mi hijo un chupe de camarones (que ya él solito es una entrada y una salida porque de ese plato comen dos) contundente con muchos camarones, arvejitas y habas, que cosa más rica la verdad. 
 Anticucho
De segundo plato mis suegros pidieron un tacu tacu a lo misio (sabana de bistec de res, huevo frito de dos yemas, un plátano frito, salsa criolla) el tacu tacu es una mezcla de sofrito de frejoles cocidos y arroz aderezado, les digo algo, de esa fuente porque no es plato, comen tres perfectamente. Mi marido pidió sus frejoles con seco de res y cuando vino la fuente yo ya estaba aterrada, ¿cómo hará para comerse todo eso? 
 Chupe de camarones
Porque sinceramente con mi plato de cebiche y mis dos mitades de tamalitos yo estaba satisfecha y había solo un pequeño lugarcito para mi plato de picarones de postre del cual estaba antojada desde hacía más de nueve años (no bromeo, nueve años que no comía picarones), no sé como hizo pero se lo comió, la carne se deshacía de suave y el secreto según me contaron es el tiempo de cocción.
 Frejoles con seco de carne
Luego nosotras nos fuimos a caminar y ellos se quedaron conversando. Paseamos por las instalaciones, miramos como se usaba el batán para moler las salsas, recordé como mi madre en el norte usaba su batán para moler, había licuadora en casa pero queda más rico hecho así. 
 Picarones

Detrás de la batanera estaba Don Cucho preparando su saltado entonces le pedí permiso para tomarle una foto, Cucho ni corto ni perezoso me invitó a pararme junto a él y tomar su cucharon para revolver el saltadito de la sartén, yo más rápida que inmediatamente sorteé las sartenes que estaban a fuego vivo con esas cocinas industriales bulleras que dan un calor tremendo realmente. 
 Don Cucho y Miyita
Elena y Don Cucho
Mi suegra nos tomó la foto y luego le tomé la foto a ella, nos contó que justamente el plato que a él más le gusta es el frejol con seco y carne de res que había pedido mi marido, fue así como tenemos estas fotos tan graciosas.




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