NAVIDAD SINONIMO DE MAMÁMA...

Nacimiento arequipeño

Visitando los blog de mis blogamigos me encontré la entrada de hoy de En mi armario empotrado? (acá en mis blog a la derecha está la lista de mis blogs, entra en él y disfrútala que no tiene pierde) realmente me partí de la risa y me hizo recordar esos pesebres memorables que armábamos en casa de mis padres cuando chicos.

Siempre se armaba el “nacimiento”, así llamamos al Belén en mi país, primero que cualquier otra cosa.

 Nacimiento costeño

Desde que yo recuerdo veo cada navidad el nacimiento

armado con mucho esmero en su casa. Cuando estábamos muy chicos en la ciudad de Trujillo capital de La Libertad,  y mi mamáma nos visitaba (mi mamáma era mi abuela materna) el armado se convertía en todo un acontecimiento lleno de magia.

Mi madre se dedicaba a la casa mientras su madre se ocupaba de entretener a sus hijos de cuatro y dos años que querían “ayudar a la mamáma” ¿ayudarla a qué? A lo que fuera que la mamáma hiciera allí estaban ellos dos como perrito faldero siguiéndola por toda la casa. 

Menuda, bajita, ágil, con su cabello gris plata brillante, la sonrisa que no se desdibujaba jamás del rostro hermoso, contando historias, cantando, inventando juegos sobre la marcha, hasta cuando cortaba una naranja era un momento especial con ella, siempre una historia que convertía ese momento en único y especial…así era ella.

 Nacimiento peruano

Sus manos estrujaban el papel pintado que serviría de cerros con un arte inigualable, nos enseñaba a ponerle papel de diario detrás para que soportara el peso de los animalitos de yeso inclusive, con alfileres (alguna vez hasta con aguja e hilo) sujetaba los cerros de papel para que no se movieran del lugar, ponía cajas para armar una estructura sobre la cual soportar el cerro, cuando apareció en casa el invento llamado engrapador la pobre se libró de los pinchazos y arañones, colocaba la casita (hecha con una caja de cartón previamente acondicionada como para simular un techo a dos aguas), sobre esta y el esqueleto de cajas engrapadas se adosaban los cerros de papel estrujados.  

 Nos contaba del nacimiento de Jesús, nos enseñaba oraciones, o villancicos, nos dejaba colocar todas las figuras, aún a la virgen o a san José que mi madre no quería ni que miráramos por el miedo a que lo rompamos, claro, a escondidas de ella y como compinches que éramos jamás nos delatábamos. 

Retablo ayacuchano

Nos enseño a hacer un lago con un espejo, a camuflar las luces y los enchufes, a formar nubes de algodón, como pegar las estrellas de papel metálico o colgarlas de las nubes con hilo de pescar para que parecieran suspendidas en el cielo.

Recuerdo cuando mi hermano y yo discutíamos porque él quería poner al gorila cerca de la cuna del niño Jesús y yo le decía que los gorilas no iban en los nacimientos (no había visto ningún gorila en los nacimientos de los vecinos, era lógico que no lo hubiera en el nuestro, según yo claro) mi mamáma sonriendo tomó al gorila y con cuidado lo fue ubicando un poco más lejos del niño explicándole que África estaba muy lejos de Belén y que el gorila se tardaría en llegar donde el niñito Jesús, pero que igual que los otros animalitos iría a saludarlo por su cumpleaños, mientras lo besaba en la frente y le tomaba la cara le decía que no se preocupara que de allí lo veía muy bien y él sabría cómo llegar.   

Esa era su forma de contentarnos, nos enseñaba con afecto y dulzura, jamás recuerdo haberla visto enojada o gritando, su voz no se prestaba para eso.

Ya en Lima a mi hermana menor se le ocurrió que los patos del lago debían ir como soldados en hilera, mi hermano y yo protestamos porque se veía horrible, mi mamáma se encargó no sé cómo porque Jaime y yo salimos de allí desesperados por la terquedad de la enana consentida, y al regresar la encontramos muy contenta poniendo pajita para que coman las vaquitas y los patitos en actitud más “real” no en fila sino nadando sobre el espejito. 

Tenía muy buen gusto y sentido de proporción, nos enseñó como armonizar las figuras para que parecieran en perspectiva, a poner las casitas, los aldeanos, hacer los corrales de los animalitos, a plantar el trigo y a cuidarlo,  y cada día ponía un poco más adelante a los reyes magos para que el 24 estuvieran justo en la entrada de la choza.

Aprendimos que el niño Jesús traía los regalos no ese gordo llamado Papa Noel que era solo su ayudante porque claro el niño es muy chiquito y la virgen no lo dejaría ir por todo el mundo repartiendo los juguetes hasta tan tarde en la noche. Los reyes magos también repartían los juguetes, estaban muy bien organizados gracias a la virgen María, ella se encargaba de darles la lista de los nombres junto con la de los juguetes. Nunca pregunte que hacía san José, no sé él porque.

 Nacimiento selvatico

Armábamos el árbol con ayuda de mi padre, mi mamáma no nos dejaba poner la nieve en el árbol de navidad, hasta que un día entendimos el porqué. Mi hermano y yo sacábamos las bolsas con los adornos cuando encontramos la especie de algodón que usábamos como nieve, mi hermana la tercera ya había nacido y nos miraba desde su corralito, estábamos encargados de poner los adornos del árbol hasta donde nuestro tamaño nos lo permitiera sin pararnos en una silla, eso estaba estrictamente prohibido, así que al ver la “nieve” la empezamos a colocar de la manera que habíamos visto tantas veces hacerlo a mi mamáma. 

Al poco tiempo sentíamos un picor horrible en las manos, mi hermano no cesaba de frotarlas contra su ropa yo por lo consiguiente presos de un ardor y picazón espantosas, salimos corriendo en dirección a la cocina donde estaban los adultos diciéndoles que no soportábamos el ardor y picor en las manos, que por favor nos pusieran algo para calmar la sensación, mi padre cargó a mi hermano mientras mi madre abría el caño y prácticamente nos metían allí  a los dos que pegábamos de gritos por el ardor insoportable. 

No sé de qué material estaba hecha esa cosa pero nunca más volvimos a ponérsela al árbol es más, mi mamáma la tiró al tacho de la basura sin que mis padres se dieran cuenta una noche muy tarde después de la bajada de reyes, cuando le pregunté que había en la bolsa me respondió que un adefesio que no sirve para nada más que para dar problemas con un rápido guiño de ojos que yo correspondí, abrazadas regresamos a la casa.

Si nos preguntan a nosotros cuatro que es la navidad, decimos que era la época del año más feliz donde la principal figura era mi mamáma seguida del niño Jesús. Para mi particularmente, la navidad era ella, la alegría, la paz, el amor, todo se desprendía de ella, como si fuera la fuente inacabable de todo eso, no exagero si digo que es el amor más grande que tuve, tendré y tengo en mi vida. 

 Nacimiento moche Trujillo

Ella me enseño a amar a las personas porque estas existen, a los seres vivos porque estos existen, y me enseño a respetar lo que uno ama, a ser consecuente.  Su recuerdo dulce como un panetón navideño o una rosca de reyes me acompañará por siempre.